¿Picking y packing? En qué consiste el proceso logístico

La optimización de la gestión de un almacén no sería posible sin la conjunción de dos procesos diferentes entre sí, pero que se vuelven totalmente complementarios en el ámbito de la logística y el almacenaje. Estamos hablando de picking y packing, dos conceptos ampliamente extendidos en el sector.

¿En qué consiste el picking?

El picking consiste en la preparación de un pedido. Se seleccionan y recogen los productos de las distintas zonas de un almacén para después organizar su empaquetado de cara al envío final al cliente. En este sentido, podríamos establecer 4 fases básicas:

  1. Preparación previa: se recolectan los datos, se entregan las órdenes clasificadas y se preparan los recursos necesarios, tales como carretillas, palets…
  2. Recogida: se trata del recorrido llevado a cabo por el operario para seleccionar los productos a gestionar. Abarca desde la zona de operaciones hasta el lugar en el que se encuentran las mercancías.
  3. Extracción: cuando el operario localiza el producto en el almacén, extrae la cantidad correspondiente y la coloca en el sistema interno de transporte.
  4. Verificación: el operario regresa a la zona de operaciones y comprueba que ha extraído los productos correctos.
Gestión del almacén completa

El packing, servicio previo a la entrega

Una vez completadas estas fases, la siguiente etapa se centra en el packing, también denominado embalaje, para después proceder al precintado, pesaje y etiquetado del paquete, que será trasladado al lugar de despacho, donde se configurará su ruta de destino. Todo este proceso culminará con el servicio de entrega hasta el destinatario.

Un proceso crucial

Como puede apreciarse, tanto el picking como el packing son tareas cruciales, dado que un fallo durante cualquiera de ambos procesos puede originar daños en la mercancía e incorrecciones o retrasos en las entregas. Pese a ser procedimientos diferentes, se necesitan el uno al otro para garantizar la correcta gestión de un almacén.